¡Buenas tardes! El tema del que vamos a hablar hoy es "Los videojuegos y la educación" un tema desde mi punto de vista bastante interesante y provechoso para trabajar con los niños y niñas en las aulas.
El desarrollo de las nuevas tecnologías ha transformado nuestra forma de percibir el mundo que nos rodea. Gracias a estos avances, se han creado juegos virtuales que permiten simular distintas experiencias a través de una pantalla, estimulando la imaginación, el entretenimiento y la diversión tanto en niños como en adultos.
En la mayoría de hogares es común encontrar dispositivos como televisores, ordenadores, teléfonos móviles o tablets. Desde su nacimiento los niños están inmersos en este mundo digital.
En la actualidad, el desarrollo tecnológico ha transformado profundamente el panorama social. Ya no se dice que los niños nacen con un pan debajo del brazo, sino con un dispositivo electrónico.
El uso de herramientas digitales, como los videojuegos, en el ámbito educativo ha contribuido a hacer el proceso de enseñanza-aprendizaje más dinámico, accesible y atractivo. Además, estos dispositivos brindan acceso a una gran cantidad de información y recursos. No obstante, esto también puede conllevar ciertos riesgos, especialmente si los menores acceden a estas tecnologías sin supervisión adecuada por parte de los adultos.
Quiero destacar, que no se trata de reemplazar los juegos tradicionales con los videojuegos, sino de establecer un equilibrio adecuado en su uso. La clave está en enseñar a los niños a utilizarlos de forma responsable.
En cuanto a los videojuegos, su evolución ha sido notable. Han dejado de ser exclusivamente una forma de entretenimiento para convertirse en herramientas educativas dentro del aula. Está comprobado que pueden favorecer el desarrollo de diversas habilidades cognitivas como la memoria, la lógica, la estrategia y la resolución de problemas.
A pesar de que en muchas ocasiones los videojuegos tienen una reputación negativa, no debemos dejarnos llevar por prejuicios. No todos afectan negativamente al comportamiento o al rendimiento escolar. Por el contrario, numerosos expertos reconocen su valor como recursos didáctico. Su crecimiento en las últimas décadas ha permitido que se integren cada vez más en contextos educativos de todo el mundo.
Entonces, ¿Podríamos decir que los videojuegos tienen valor educativo?
Durante la exposición en clase, pudimos ver que existen videojuegos con fines lúdicos, y educativos. Un aspecto muy importante que se puede trabajar a través de los videojuegos es el ensayo-error. Los niños y niñas aprenden a través de la experiencia, cometiendo errores, corrigiéndolos, y volviendo a intentarlo hasta superar los retos. Este proceso de repetición es fundamental para el aprendizaje y la adquisición de nuevos conocimientos.
Por otro lado, me gusta la idea de que los docentes incorporen los videojuegos en el aula como una herramienta motivadora, ya que puede facilitar la interiorización del conocimiento y el aprendizaje de distintas asignaturas. No obstante, para lograrlo de forma efectiva, es fundamental que el educador reflexione previamente sobre los contenidos que desea enseñar, y a partir de ahí, seleccione un videojuego adecuado que actúe como recursos didáctico dentro de un entorno digital atractivo, vinculado al ocio, la diversión y el disfrute.
Sin embargo, el uso excesivo de los videojuegos puede generar consecuencias negativas en el desarrollo de los niños y niñas, especialmente en el ámbito social. Si un menor pasa largos periodos de tiempo jugando en solitario, aislado en su habitación y sin interactuar con otros niños y niñas, esto podría afectar tanto su salud mental como su capacidad de socialización. De hecho, se han documentado casos de hiperactividad, dependencia tecnológica e incluso ludopatía en edades tempranas.
Como ocurre con cualquier actividad en exceso, un uso descontrolado de los videojuegos puede tener efectos perjudiciales. Por ello, es necesario regular el tiempo que los niños y niñas dedican a jugar. No se les debe conceder libertad total en cuanto a cuándo, cuánto y a qué juegan. En este sentido el papel de las familias es clave: son los padres y madres quienes deben establecer límites y educar en el uso responsable de estos recursos.
Recomiendo que dediquéis un ratito de vuestro tiempo a ver este vídeo sobre la educación con videojuegos.
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